Las Tentaciones del Juez
No es el propósito de estas líneas prescribir a los jueces cómo deben ejercer su función, ni menos cómo deben dirigir su vida, sino reflexionar y, si acaso, sugerir algunos principios de ética judicial. Mi perspectiva es la propia de la filosofía jurídica y política, la de alguien alejado del ejercicio de la práctica jurídica, pero no del Derecho. Nadie puede estarlo. Hablo como espectador de la realidad judicial y como ciudadano y confío en que mi visión sea atenta, desde luego respetuosa, y, en cualquier caso, libre.

La tentación económica. El juez tiene vedada su participación en el mundo de los negocios. Estas limitaciones, recogidas en las leyes, no se limitan al régimen de incompatibilidades. Así, no es correcto, por mucho que pueda ser legal, que un juez cobre de empresas editoras de medios de comunicación sumas elevadas ni sistemáticamente. También debe sustraerse a toda muestra de agradecimiento, regalos y, huelga decirlo, soborno.
Los pecados capitales del juez son la ignorancia del Derecho, la confusión del Derecho con su sentido particular (partidista) de la política, la venalidad, la politización y la ambición política, la vocación del "estrellato", el uso alternativo del Derecho, y la tendencia a suplantar o corregir al legislador.
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